lunes, 17 de marzo de 2014

Costa Azul y un Coco viajero.

A veces es necesario despejar el panorama habitual, cambiar, aunque sea por unos días, lo cotidiano de la rutina de la ciudad, esto es, vagoneros del Metro vendiendo a 10 pesos (le vale 10, ¡llévelo!) los mejores éxitos en inglés y en español, 30 chicles o 3 rastrillos para lucir higiénico y presentable; mentadas de abuela y pintadas de cremas al intentar cruzar Dr. Vértiz y Dr. Río de la Loza. 

Dentro de este concepto, y armándome de valor decidí pasar unos días en las hermosas playas de Nacapulco (sí, se puso un N de manera intencional), Guerrero. Estado lleno de sicarios y grupos de autodefensas, playas conocidas por ser hogar del patrono supremo de todo Mirrey (o sea Luis Mirrey), y la verdad, que sabiéndo buscarle bien, se come bastante, bastante bien. 

Lo que le voy a compartir señor lector, es un secreto mejor guardado que la fórmula secreta de la Coca-Cola o la locación exacta del CEO de Oceanografía (para nuestros amigos del CCH CEO es el mero mero de una empresa), la mejor cocina nunca se va a encontrar en lugres ostentosos ni lujosos, sino en pequeños locales donde todo se hace a mano y con cuidado y dedicación.


Justamente a 267 metros del Palacio Mirreynal (o sea el Baby O') hay una persona, cuyo negocio es el de hacer helado de coco desde hace más de 40 años, y si usted se puso una fiesta de vendedor de tomates de la Central de Abastos (como pudiera ser común en Acapulco) y despierta después de las 12 del día (consecuencia lógica e inminente después de parreandear duro) es un hecho de que NO VA A ENCONTRAR ESTE HELADO DE COCO.

Dicho artesano culinario llega a la esquina de Juan Sebastián Elcano y James Cook en la Colonia Costa Azul exactamente a las 10:00 am, y para las 12:30 ya no hay helado de coco, ni raspándole a las paredes. El helado es hecho con ingredientes 100% naturales, y el resultado es MA RA VI LLO SO, de textura suave, sabor intenso y bastante ligero, así que si usted señor lector algún día se da el enorme placer de ir a comer este heladito, sin problema alguno le entrará un litro, y seguro pedirá otro para llevar, y otro para la carretera. 

Hay cosas tan sencillas en la vida, como lo es pagar 15 pesos por un helado de coco, 100 por el litro, y son las cosas sencillas las que hacen que todo momento sea extraordinario. 

D.D.

  




martes, 11 de marzo de 2014

Coco con "Picante" y Gansito Congelado.

Para poder brillar en sociedad es necesario ser muy inteligente o muy tarado y tener un copetote marca "Silla del Águila"; y pues en mi caso, creo que brillé, aunque sea por un segundito, en mi sociedad.

Viéndome sumergido en una crisis existencial por cuestiones de "mujeres y traiciones", quise encontrar mi debido punto medio poniendo a trabajar a sobre marcha, a mi ya súper evolucionado páncreas, y sabiendo las circunstancias que siempre anteceden a la misma situación, tuve la ENORME idea de marcar a La Burguesa y pedirles que me guardaran un poco del famosísimo Helado de Gansito para la cena, y cual jefe de grupo de autodefensas les dije que de lo contrario iban a tener que cooperar con una lana para la comunidad, o sea, o me guardaban Helado de Gansito o la cosa se iba a poner color de hormiga.

Antes de pasar a los helados, es necesario hacer mención honorífica a una Hamburguesa de Camarón con tocino (lo siento compañeros judíos, este producto no cumple con los requisitos Kosher) que estaba de miedo mortal. 

Pero usted lee este blog por todo aquello que engorda bien rico y bien sabroso. Además del hermoso Helado de Gansito, tuve el turbo enorme placer nivel Diosito en Vigilia de probar el Helado de Coco, Peanut-butter con Plátano (para nuestros amigos del CCH, Peanut-Butter es "Crema de Maní") y Nutella.

Pues el Helado de Gansito, qué le digo señor lector, si Jebús-Christian fuera comida, sería este helado, cercano a la perfección bien mucho perfecta, el verdadero sabor al Gansito se encuentra aquí, cuidadito, recién sacadito del refrigerador, gloria pura y ave maría purísima, no hay cosa más MA-RA-VI-LLO-SA que esto, y no, no exagero. 

 

Pasando al Helado de Coco; ¡ándale chatito!, como si estuviera escuchando a Rigo Tovar y Su Costa Azul en cada bocado, ( "Tuvimos un Sirenito justo al año de casados" ) dicha obra de arte me hace recordar que en el mar la vida es más sabrosa; de textura ligera y sabor intenso, con Coco Rallado pa'que amarre sabroso.



Pero si usted creía que mi depresión sólo se iba a curar con dos helados, pues piense otra vez, nunca nadie ha sido infeliz mientras come Nutella, nunca, es imposible, es como intentar estar de malas mientras se está disfrazado de Batman, NO SE PUEDE, y pues comer Nutella en helado hace todo doblemente divertido, así como ver a una ex-novia gorda con un novio gordo y feo, placer al doble. 

Y para que no hubiera dudas de que mi Riopan no fuera a funcionar antes de dormir, terminé la noche con un Helado de Peanut-butter con Plátano (gente del CCH, ver "de favor amigos, mas que nada" la aclaración en el párrafo anterior). ¡Tremenda marranada! ¡Tremenda y sabrosa marranada! Aunque sólo me tocó una embarrada, fue suficiente para hacerme saber, de una vez por todas que en La Burguesa se hacen los mejores helados de toda la ciudad. ¡Los mejores les digo!

Si no han ido a Cozumel 67 en la Colonia Roma, en serio que no han vivido, no hay mal que con helado no se cure. 

Gracias una vez más a la gente de La Burguesa que, como todas las veces, son capaces de hacer de algo tan pequeño, como lo es una bola de helado, algo tan mágnifico y significativo, como lo es escuchar a Rigo Tovar o recordar nunca tratar como Gansito congelado a quien los trata como Gansito aplastado y asoleado.

¡Gracias totales!


D.D.